Ayuda gratis a invidentes o con dificultades de visión


Por 38 años cumplidos en octubre de 2012, la Casa del Ciego se ha dedicado a suplir variopintos servicios a la comunidad de invidentes de Broward y a personas con discapacidades visuales, para que usen sus otros sentidos al máximo, puedan contribuir sus múltiples talentos y funcionar normalmente y en alta capacidad en su vida diaria y profesional.

The Lighthouse of Broward, su nombre oficial en inglés, atiende a niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad y es la principal fuente de servicios e información para esta población en el condado Broward. «El año pasado [2011] atendimos aproximadamente a 1.500 personas ciegas o con dificultades de visión de manera gratuita. Somos un staff de 24 personas, de las cuales algunas son profesionales ciegos o con alguna discapacidad visual», dice a El Paracaidista José López-Massó, Director de Relaciones Comunitarias y Subdirector de Desarrollo de esta entidad sin ánimo de lucro.

Si bien los individuos ciegos o con severa discapacidad visual deben estar registrados en un condado para recibir los servicios del gobierno por esa condición, López-Massó, quien es invidente, asegura: «nosotros servimos a todos incluso a personas que no viven aquí en Estados Unidos», que pasan ocasionalmente y están buscando información o servicios para sí mismas o sus familiares. Aunque indica que siempre lo mejor es acudir a la Casa del Ciego que quede más cercana. La atención es en inglés y español «pero tenemos voluntarios que nos ayudan a traducir las clases en creole [criollo] o portugués, es un staff pequeño, por esto la clave fundamental son los voluntarios que pueden ser latinos, del caribe o anglos».

Este experto explica que los servicios de rehabilitación y educación son el pilar central del apoyo que brindan «desde cómo aprender con una deficiencia visual o estando ciego a hacer cosas tan básicas como vestirse, usar la cocina de manera segura, cómo movilizarse de un punto a otro, hasta el uso de la computadora y softwares especiales, además del manejo seguro de equipos como electrodomésticos convencionales o sofisticados».

Ponen mucho empeño en preparar a personas que están perdiendo la visión para que puedan hacer una transición exitosa a su nueva vida, pero también a quienes la invidencia les sobreviene repentinamente. Y a los más pequeños que entran al mundo con ese desafío, pues tienen programas para atender a los niños a partir de los seis meses y hasta los cinco años. Seguidamente a jovencitos y adolescentes en previa etapa universitaria o que requieren preparación para un oficio o para adultos que quieren volver al trabajo, además de servicios a personas mayores que desean aprender a usar su remanente de visión.

«Se enseña braille y también a través de la computadora que tiene el programa Jaws, un sistema lector de pantalla. Todo lo que ves en la pantalla el Jaws me lo lee a mí, yo estoy encargado de la página web y la de Facebook, sin limitación. A las personas con baja visión les enseñamos a usar los lectores de ampliación zoom tech o cómo navegar con el teléfono. Se trata de teléfonos muy básicos, pero que se pueden usar. No hay límite de edad. Tenemos una estudiante en computación que tiene 103 años que quiere aprender a usar la computadora para chatear con sus nietos que están repartidos por todo Estados Unidos».

En la parte de diagnóstico cuentan con un acuerdo de cooperación con la Escuela de Optometría de la Universidad Nova encargada de ver a pacientes y hacerles sus exámenes de baja visión y emitir sus reportes. «Esto es para personas con discapacidades visuales y los médicos determinan qué opciones tienen para mantener la visión remanente. Nosotros no diagnosticamos patologías, es la Nova la que ve los pacientes», indica.

El Jardín Sensorial
El programa de rehabilitación del Jardín Sensorial ha sido reconocido como un espacio único en su tipo. «Estamos en el pleno centro de la ciudad, es un oasis para escapar del estrés que tiene una función recreacional y educativa, porque al caminar vas a experimentar texturas, desniveles, para que la persona aprenda a leer su entorno con bastón o no. Se trata de utilizar todos los sentidos en cada parte del jardín», comenta José López-Massó. Tienen diferentes plantas sembradas, como el café, para estimular el olfato de los paseantes.

También cuentan con clases de Yoga gratis abiertas a todo público dos veces al mes, y una cantidad de actividades sociales creadas por la propia gente que frecuenta la casa del Ciego, como un grupo de veteranos que han servido en las fuerzas armadas, un grupo de trivia que se reúne dos veces al mes, un club de lectura, entre otros. «En el verano tenemos el único campamento para niños con discapacidades visuales. Las actividades son las de cualquier campamento de verano, los llevan a hacer kayaking, a escalar, aprenden a usar equipos, leer en braille, tiene su aspecto recreacional, pero también es muy educativo y los prepara para su futuro profesional».

Atienden a todos sin importar estatus
Quien necesite de la mano amiga de la Casa del Ciego no debe preocuparse porque tiene las puertas abiertas para todos: «no pedimos estatus migratorio, lo único que requerimos es una información, una constancia del médico tratante que certifique el grado visual que tiene, el diagnóstico, si se trata de mácula, glaucoma u otra condición. No hay limitantes geográficos para atenderlos pero es preferible que vivan aquí». Aunque este experto comenta que ayudan incluyo a extranjeros que traen sus diagnósticos de otros países buscando ayuda. Si la persona no tiene el reporte médico, en casos de emergencia tienen un fondo para sufragar el gasto de esa evaluación visual. Atienden caso por caso y según la disponibilidad de fondos, pero a nadie le dan la espalda, siempre encuentran una manera de solucionar.

Como el programa es subvencionado en un 30% por United Way y el 70% restante proviene de fondos privados que este equipo de servidores debe recaudar de manos privadas, las donaciones son de mucha utilidad y francamente bienvenidas. Por esto ofrecen conciertos y una serie de actividades culturales todos los meses para recoger fondos y poder continuar con sus servicios, mejorarlos y ampliarlos. Para una lista de las actividades ir a http://www.lhob.org/Listing-of-Activities.

José asegura que de atender a un 5% de población latina ya han aumentado a un 38%. Por eso exhorta a las empresas hispanas a colaborar con esta causa y a todos los corazones abiertos a que contribuyan con esta ayuda social que se brinda de forma incondicional por el bien del prójimo. «Es importante que la gente se sensibilice, pueden donar desde $1», concluye jocoso. Pueden hacerlo desde su website, por correo o mejor en persona para que conozcan sus instalaciones y actividades. Están abiertos de lunes a viernes de 9 am a 4 pm en Lois L. Deicke Center 650 N. Andrews Avenue, Fort Lauderdale, FL 33311. T + 954-463-4217 – http://www.lhob.org.

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